La malabsorción de fructosa significa que el cuerpo no es capaz de absorber la fructosa. La fructosa es un tipo de azúcar que se encuentra disponible en cualquier alimento, incluido frutas y verduras. Ambas la fructosa y la glucosa son diferentes tipos de azúcar en su forma más elemental, y ambas no requieren ningún tipo de digestión sino que pueden ser directamente absorbidas desde el intestino al torrente sanguíneo.
El problema reside en que en el caso de la malabsorción de fructosa, ésta no puede ser absorbida por el cuerpo. En este caso, llega hasta el intestino grueso, donde sirve de alimento a las bacterias indeseables o patológicas. Estas bacterias producen toxinas como residuos de su digestión y gases como el metano y el hidrógeno, causando hinchazón o distensión abdominal, dolor de vientre, diarrea, mal aliento, etc.
De hecho, existe un test respiratorio para conocer si se padece una malabsorción de fructosa que mide el nivel de hidrógeno en la respiración. Esto es debido a que las bacterias indeseables liberan hidrógeno después de la digestión de la fructosa, el cual es transportado por la sangre hasta los pulmones para ser expulsado.
Existen diferentes razones para explicar el hecho que el cuerpo no pueda realizar la absorción de la fructosa. La primera es una enfermedad genética que impide al cuerpo tratar la fructosa, pero se trata de una enfermedad muy rara. Si no es un defecto genético entonces puede ser por tres diferentes causas. La primera es que puede ser que la fructosa se desplaza tan lentamente por el intestino que permite a las bacterias alimentarse de ésta, pero también se trata de un suceso poco habitual, mayoritariamente es en el intestino grueso donde puede producirse este fenómeno, dando lugar al estreñimiento. El segundo posible motivo puede ser una deficiencia en los transportadores GLUT5 y GLUT2. Estos transportadores son los que guían la fructosa para atravesar la pared intestinal y llegar a la sangre. Si no existen entonces la fructosa no puede ser absorbida. Este déficit es una condición que se encuentra también raramente.
Finalmente, la tercera causa, la más probable, es que haya una proliferación bacteriana en el intestino delgado, de forma que las bacterias indeseables se alimentan de fructosa en el intestino delgado antes de que tenga la oportunidad de ser absorbida.
La única forma de remediar este problema es (i) eliminar todos los azúcares de la dieta durante una temporada para dejar morir de hambre estas bacterias y (ii) solamente comer alimentos que el cuerpo pueda absorber fácilmente para poder sanar el intestino y todo el cuerpo.
La dieta GAPS cumple estas condiciones eliminando los hidratos de carbono (azúcares, almidones y cereales) y suministrando alimentos fácilmente digeribles de forma que el cuerpo pueda recobrar los nutrientes que necesita para curarse.
El consejo de una terapeuta en nutrición te ayudará en el diagnóstico de la malabsorción de fructosa, identificar los alimentos que se deben evitar y recomendar la dieta GAPS que mejor te conviene para reparar la flora intestinal.
Para conocer qué alimentos contienen fructosa haz clic aquí.
El problema reside en que en el caso de la malabsorción de fructosa, ésta no puede ser absorbida por el cuerpo. En este caso, llega hasta el intestino grueso, donde sirve de alimento a las bacterias indeseables o patológicas. Estas bacterias producen toxinas como residuos de su digestión y gases como el metano y el hidrógeno, causando hinchazón o distensión abdominal, dolor de vientre, diarrea, mal aliento, etc.
De hecho, existe un test respiratorio para conocer si se padece una malabsorción de fructosa que mide el nivel de hidrógeno en la respiración. Esto es debido a que las bacterias indeseables liberan hidrógeno después de la digestión de la fructosa, el cual es transportado por la sangre hasta los pulmones para ser expulsado.
Existen diferentes razones para explicar el hecho que el cuerpo no pueda realizar la absorción de la fructosa. La primera es una enfermedad genética que impide al cuerpo tratar la fructosa, pero se trata de una enfermedad muy rara. Si no es un defecto genético entonces puede ser por tres diferentes causas. La primera es que puede ser que la fructosa se desplaza tan lentamente por el intestino que permite a las bacterias alimentarse de ésta, pero también se trata de un suceso poco habitual, mayoritariamente es en el intestino grueso donde puede producirse este fenómeno, dando lugar al estreñimiento. El segundo posible motivo puede ser una deficiencia en los transportadores GLUT5 y GLUT2. Estos transportadores son los que guían la fructosa para atravesar la pared intestinal y llegar a la sangre. Si no existen entonces la fructosa no puede ser absorbida. Este déficit es una condición que se encuentra también raramente.
Finalmente, la tercera causa, la más probable, es que haya una proliferación bacteriana en el intestino delgado, de forma que las bacterias indeseables se alimentan de fructosa en el intestino delgado antes de que tenga la oportunidad de ser absorbida.
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La dieta GAPS cumple estas condiciones eliminando los hidratos de carbono (azúcares, almidones y cereales) y suministrando alimentos fácilmente digeribles de forma que el cuerpo pueda recobrar los nutrientes que necesita para curarse.
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