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Los cólicos y llantos del bebé

Thursday 18 th December 2014

Actualmente la mayoría de nuestros bebés nacen gozando de una buena salud, pero algunos lloran sin parar durante horas, duermen poco, comen poco o con demasiada frecuencia, tienen reflujo o vómitos, se ponen enfermos a la primera exposición a los virus de sus hermanitos, tienen dermatitis, conjuntivitis e infecciones varias; sin contar con los bebés prematuros y otras condiciones preocupantes como icterícia, convulsiones febriles, etc.
Respecto a la madre, a menudo no tiene suficiente leche para amamantar y necesita complementar el bebé con biberón, además de las frecuentes complicaciones de los partos y la tasa cada vez creciente de cesáreas, etc.
Consideramos todas estos problemas como normales: los llantos desconsoladores, la falta de sueño…, se suele decir: ¡es lo que toca cuando se tiene un bebé! ¿Pero, es realmente “normal”? ¿Lo normal no sería tener un bebé feliz, que se puede consolar fácilmente cuando sus necesidades son cubiertas, que duerme sin problemas, que come bien y crece adecuadamente?
 

Diferencias entre la leche materna y la leche de vaca


No hay duda, incluso la medicina convencional está de acuerdo: la leche materna es la mejor para el bebé. Pero, ¿hasta qué punto puede ser perjudicial la leche de fórmula? 
Aunque la leche de fórmula maternizada intenta imitar la leche materna al máximo, es imposible que tenga el mismo efecto nutricional.
En primer lugar, la leche de fórmula se sintetiza a partir de leche de vaca. Vamos a estudiar las principales diferencias entre dichas leches: (1)
1.- La caseína, una de las proteínas que constituyen la leche, es propia de cada especie. Además, la cantidad de caseína en la leche de vaca es mucho más elevada. 
En cambio, la cantidad de alfa-lactalbumina en la leche materna es mucho mayor que en la leche de vaca.
2.- La lactoferrina y lisozima, que tienen una acción anti-fúngica y bactericida muy importante, están presentes en mayor cantidad en la leche materna.
3.- Los ácidos grasos poliinsaturados omega 3 y el colesterol, que son esenciales para el desarrollo del cerebro del bebé, son 8 veces menos concentrados en la leche de vaca.
4.- Las poliaminas y los oligosacáridos, carbohidratos muy importantes en el desarrollo de la microflora intestinal del bebé, son deficitarios en la leche de vaca.
5.- Los alkilgliceroles y las immunoglobulinas A, importantes para la protección inmunitaria de las mucosas que recubren el intestino y las vías respiratorias, son muy raras en la leche de vaca.
6.-  La lipasa, necesaria a la digestión de las grasas las cuales componen un 60% del cerebro humano, son inexistentes en la leche de vaca.
7.- Las vitaminas A, C y E son cinco veces más importantes en la leche materna. En general, todas las vitaminas y minerales tienen una tasa de absorción más elevada en la leche materna, hasta 10 veces mayor en el caso del hierro. 
8.- Las hormonas del crecimiento de la leche de vaca están diseñadas para hacer crecer un ternero hasta convertirse en una vaca, mientras que las hormonas del crecimiento de la leche materna son las adecuadas para convertir un bebé en una persona adulta.
 

La leche maternizada


La industria que fabrica alimentos para bebés investiga sin cesar cómo reproducir la leche materna en el laboratorio, pero todavía están muy lejos de ello.
¿A qué procesos se somete la leche de vaca para transformarla en una leche maternizada?
La leche está compuesta de proteínas, grasas, azúcares, minerales, sales, vitaminas y minerales. La leche de fórmula se hace mezclando substancias similares con el fin de copiar al máximo las características de la leche materna. 
Básicamente, los procesos industriales realizados son: (10)
1.- Se reemplaza parte de la caseína por proteína del suero. Las proteínas de suero de la fórmula contienen beta-lacto globulina y en menor concentración seroalbúmina e inmunoglobulina G. En cambio, la leche materna contiene alfa lactoalbúmina, lactoferrina, lisozimas e inmunoglobulinas.
2.- Se reduce el contenido en minerales. 
3.- Se aumentan los carbohidratos. Algunos de los carbohidratos añadidos son azúcares como sacarosa, glucosa y maltodextrina, pero también a veces almidones de arroz, mientras que la leche materna sólo contiene lactosa y oligosacáridos.(11)
4.- Las grasas naturales de la leche de vaca, indigestas para un bebé, son substituidas por grasas vegetables, ricas en omega 6 inflamatorio, de pescado o de la lecitina de la yema de huevo, con la posible contaminación por proteínas de huevo altamentes alergénicas.
5.- Se le añaden vitaminas y minerales químicos.
6.- También se le añaden algunos aditivos como emulsifiantes y estabilizantes para evitar que las grasas se separen del agua. 
7.- La fórmula resultante se somete a los procesos de pasteurización, homogeneización, estandarización y esterilización. Durante estos procesos térmicos se produce una desnaturalización de las proteínas que aportan beneficios inmunológicos , conservando la susceptibilidad alergénica que puede inducir la beta-lactoglobulina. Estos procesos también conllevan la aparición de ácidos grasos trans a partir de los aceites vegetales. Actualmente la Comisión Europea limita los ácidos grasos trans de las fórmulas para lactantes al 4 % de los ácidos grasos totales, cuando está demostrado que los ácidos grasos trans son altamente perjudiciales para la salud y deberían ser absolutamente cero dentro de la alimentación de cualquier persona. (10)
La fórmula exacta final depende de cada fabricante.
Algunas de las leches maternizadas se fabrican a partir de soja en vez de leche de vaca, lo que las hace todavía peores debido a su alto contenido alergénico, en organismos transgénicos (OGM) y pesticidas. La OFSP (Oficina Federal de Salud Publica, en Suiza) desaconseja la leche de soja para los recién nacidos y los niños pequeños, y limita su consumición a una o dos porciones por día después. Las efectos de la soja está muy controvertida, numerosos estudios que demuestran que es cancerígena, altera el sistema hormonal y la tiroides, sobretodo por su contenido en fitohormonas (isoflavonas), ácido fítico, hemaglutinina y bociógenos.
La leche maternizada resultante es pués un alimento químico procesado industrialmente, todavía más que la comida industrial procesada para adultos.
Como consecuencia, está demostrado que la salud de los bebés amamantados es superior a la de los alimentados con leche maternizada, debido a diversos factores:
1.- La leche materna contiene numerosos factores immunoestimulantes que compensan el carácter inmaduro de los mecanismos de defensa inmunitaria del recién nacido. Las inmunoglobulinas A suministradas por la leche materna protegen las mucosas del bebé, incapable de producirlas correctamente. (1) Es por ello que la lactancia precoz con la leche de vaca de fórmula se considera una causa de alergia a la leche. 
2.- La leche materna protege también contra las alteraciones cromosómicas de los bebés. (1)
3.- Algunos estudios relacionan la ingestión precoz de leche de vaca maternizada con la diabetes de tipo1 debido a la insulina bovina que contiene. (1),(4). 
4.- El riesgo de muerte súbita es 2 a 5 veces mayor en los bebés alimentados con fórmula. (5)
5.- La leche materna y el amamantamiento favorece el desarrollo cerebral e intelectual adecuado de los bebés. (5)
6.- Los bebés amamantados concilian el sueño más fácilmente. (5)
7.- Las regurgitaciones son mucho menores en los niños amamantados debido a que la leche materna se digiere mucho más rápidamente y, por lo tanto, se vacía del estómago antes. (5)
8.- Los bebés alimentados con fórmula tienen tasas de diarrea 2 veces más altas. (5)
Una consideración importante a tener en cuenta es la composición de la leche materna cuando la madre bebe leche de vaca.  No todas las proteínas de la leche son bien digeridas y ciertas de ellas alcanzan la mucosa intestinal en cantidades significativas y pueden ser absorbidas intactas por el organismo. Así pues, la leche materna de las madres que consumen leche de vaca contiene ciertas cantidades de beta-lactoglobulina de vaca. La exclusión de la leche de vaca de un recién nacido comporta también la abstención, por parte de la madre lactante, de todo producto láctico y toda fuente de proteínas de leche animal.
Algunos escándalos de adulteración de leche maternizada han salido a la luz, como la melamina en China en 2008, la contaminación con tinta en la leche de fórmula Nestlé en Italia, Francia, Portugal y España en 2005, los brotes de salmonelosis en 2008 y 2010 de las leches Novalac, etc.
 

Pero, ¿y si la madre no puede amamantar?


Por diferentes razones, puede suceder que la madre no tenga suficiente leche, o bien, no pueda amamantar por diferentes razones. En el próximo apartado se explica el efecto de la epidural sobre la lactancia.
Es preferente acudir a una madre nodriza que pueda amamantar naturalmente al bebé, tal y como se hacía antiguamente cuando una madre no podía hacerlo, o bien, acudir a bancos de leche en hospitales, como por ejemplo el Doce de Octubre en Madrid. (3)
La ventaja de una madre nodriza es que la leche está “fresca”, y por lo tanto, tiene todos sus nutrientes intactos. Es recomendable informarse sobre las costumbres de la madre nodriza: su alimentación, tabaco, alcohol, etc. En cambio, la leche materna de bancos ha sido pasteurizada y extraída hace mucho tiempo, por lo que muchos de los nutrientes, como las enzimas, los anticuerpos y las vitaminas, se encuentran destruídas o alteradas. Aún y así, es infinitamente superior a la leche de fórmula.
La ventaja de la leche de banco es que la madre puede darle a su bebé la leche en biberón, por lo que el lazo afectivo tan importante que se establece durante la lactancia se puede establecer.
 

El efecto de la epidural


En un estudio reciente sobre epidural y lactancia materna, los recién nacidos cuyas madres no habían recibido epidural obtenían mejores resultados en un test sobre lactancia que aquéllos nacidos de parto sin epidural. (6) Otro estudio encontró que el 67% de las mujeres que habían tenido parto con epidural acudían a la leche de fórmula, contra el 29% de las madres sin epidural. Las madres que recibieron epidural son tambén más propensas a no tener suficiente leche. (7)
Hay evidencia que demuestra que la epidural probablemente disminuye la habilidad del recién nacido para succionar. El efecto de la epidural en el recién nacido depende de la dosis y del tiempo al que ha sido expuesto. En general, como mayor es la dosis más pronunciada es la alteración de las funciones natales.  (6)
La epidural aumenta el riesgo de parto vaginal asistido (fórceps), puede causar fiebre en la madre y una bajada de la presión sanguínea, y el bebé puede nacer reteniendo más líquido. Esta retención de líquido puede aparentar que el bebé tiene un peso superior, por lo que cuando este líquido se elimina hace parecer que el bebé pierde peso. (9)
Otras intervenciones en el parto que pueden afectar la lactancia son la inyección de medicamentos, como la oxitocina, para estimular las contracciones. El uso de esta hormona se ha relacionado con un aumento de lactancia artificial y una lactancia natural más corta. (7)
 

Los cólicos y el reflujo gastro-esofágico


De todas las manifestaciones que se dan en los bebés recién nacidos, quizás los cólicos y el reflujo son los más frecuentes.
Los cólicos son intensos dolores en la tripita y el reflujo es la regurgitación de la leche ingerida.
El tratamiento dado por la medicina convencional consiste en antiácidos para el reflujo y gotas para los cólicos. Los antiácidos alivian el problema temporalmente, pero al inhibir la secreción de ácido clorhídrico en el estómago empeoran todavía más la digestión.
También existen numerosos remedios naturales para los cólicos y el reflujo, desde las bolsas de agua tibia, los masajes, poner el bebé en ciertas posturas, etc., hasta ciertas hierbas y la osteopatía, pero lo mejor es encontrar la causa de por qué se producen y de esta forma evitarlos.
Desde el punto de vista de la medicina funcional las causas de estos dos problemas son principalmente una disbiosis intestinal, es decir, el sobrecrecimiento de ciertas cepas bacterianas en el intestino, que producen una cantidad excesiva de gases. 
Un bebé antes de nacer es estéril. Cuando llega el momento del nacimiento, el bebé recibe su primera dosis de microbios al pasar por el canal del parto. Su piel, ojos, membranas mucosas de la boca y la nariz, adquieren su primera microflora. El sistema digestivo del bebé obtiene su primera población de bacerias, virus y hongos a traveés de los líquidos que traga en la vagina de la madre. Así que, sea lo que sea lo que vive en la vagina de la madre, es lo que el bebé recibe y van a poblar el intestino del recién nacido, formando su flora intestinal. Y la microflora vaginal procede del intestino. (12) Así pues, la causa principal de un desequilibrio en la flora intestinal del bebé es debido a una disbiosis materna. 
Pero puede deberse también a una alimentación inadecuada con una leche de fórmula que contiene azúcares perjudiciales y almidones que los bebés no pueden digerir, proteínas alergénicas u otros compuestos inadecuados. Otra causa bastante frecuente es la sobrealimentación cuando se utiliza el pecho o el biberón como calmante cuando las necesidades son otras: cansancio, sueño, aburrimiento, necesidad de cariño, pañales sucios, calor o frío, etc.
Si el bebé toma el pecho y tiene cólicos u otros problemas se debe reflexionar también si la alimentación de la madre es la adecuada: si está comiendo alimentos a los que es intolerante y que crean una inflamación que repercute también en el bebé, si se toman ciertos medicamentos, etc.
También pueden deberse a numerosas otras causas, como la deglución excesiva de aire, o a situaciones de estrés. Los bebés son muy sensibles a los problemas familiares, las situaciones conflictivas crean un estrés que pueden afectarles mucho y ser también la causa.
Además de estudiar las posibles causas, con el cambio correspondiente de alimentación del bebé y de la madre si es necesario, y también se considerará la toma de probióticos.
Ciertos análisis como el de la flora intestinal y las intolerancias alimentarias de la madre pueden ser de gran ayuda en el diagnóstico.
 

Intolerancias y alergias a la leche


La alergia a la leche de vaca puede dar como síntomas dolores abdominales o cólicos,  heces blandas o sueltas (que puede contener sangre) o estreñimiento, vómitos, reflujo, dermatitis y la manifestación se produce al poco tiempo después de la ingesta, de minutos a pocas horas.  Suelen aparecer varios días o semanas después de introducir leche elaborada con leche de vaca. La alergia a la leche de vaca se debe a una reacción contra alguna de las proteínas de la leche: caseína, beta-lactoglobulina y la alfa-lactoalbumina, siendo las dos primeras las más probables de ser las causantes.(1) El pediatra suele hacer una prueba que mide los anticuerpos IgE para determinar si el bebé padece una alergia a la leche de vaca cuando se presentan estos síntomas.
Por el contrario, la intolerancia a la caseína, una de las proteínas de la leche de vaca, da un amplio espectro de síntomas, y el tiempo que tarda en manifestarse es mucho más elevado, de unas horas hasta días después. Es por ello que es mucho más difícil de detectar, aunque existen diferentes análisis para detectarla que se basan en medir los anticuerpos IgG contra la caseína. Los efectos de una intolerancia a la proteína de leche de vaca en adultos son enfermedades como la osteoporosis, anemia, auto-inmunidad (diabetes, psoriasis, esclerosis múltiple, tiroiditis, etc.), atopía (alergia, asma, dermatitis, etc.), inflamación (reuma, fibromialgia, enfermedad de Crohn, etc.), perturbaciones gastro-intestinales (estreñimiento, diarrea, reflujo, etc.). En los niños y bebés puede darse la anemia, diabetes y atopía, aunque lo más frecuente son las enfermedades gastro-intestinales: cólicos, estreñimiento, diarrea, reflujo, etc. (1) Este tipo de intolerancia nunca es examinada por los pediatras.
Lo que los pediatras llaman una intolerancia a la leche de vaca consiste en una imposibilidad de digerir la lactosa, el azúcar presente en la leche, pero no consideran la intolerancia retardada (no confundir con alergia) a las proteínas de la leche. La intolerancia a la caseína es un fenómeno bastante frecuente en los bebés, mientras que la intolerancia a la lactosa en bebés es bastante improbable.
 

La preparación al parto


Aconsejo que la madre se prepare lo antes posible, antes de la concepción si es posible. Cualquier mujer que tenga algún problema de salud, por muy pequeño que pueda parecer, es aconsejable que verifique si su alimentación es la más adecuada. Si tiene algún problema de salud puede deberse a diferentes factores como la falta de algún nutriente, una disbiosis intestinal, un proceso inflamatorio, exposición a productos tóxicos, etc., pudiendo afectar todos ellos de forma importante al desarrollo del bebé durante el embarazo y la lactancia.
Si goza de una salud perfecta seguramente su alimentación es suficientemente buena. 
Otros aspectos que afectan a la salud deberían ser tomados en cuenta durante el embarazo: el estado emocional, ejercicio físico, reposo, sueño, exposición al sol, etc.
 

Las vacunas


No me extenderé en este apartado ya que se le pueden dedicar numerosos y extensos artículos al tema. Simplemente aconsejo que se informen bien sobre las ventajas e inconvenientes sobre las vacunas en estudios alternativos. A continuación incluyo algunos enlaces que creo interesantes al respecto.

Enlaces sobre Vacunas

* http://www.vacunacionlibre.org/nova/
* http://www.elblogalternativo.com/
* libro “Vaccinations: les vérités indésirables”, Michel Georget
* http://www.nvic.org/
* http://www.info-vaccination.be/?La-composition-des-vaccins-Dr-Jean-PILETTE
* http://tv.naturalnews.com/


Referencias

(1) “Ecosystème intestinal & Santé optimale”, Dr. Georges Mouton
(2) "Production of powdered baby food", GEA Process Engineering Inc.
(3) "Nodrizas del siglo XXI: madres que donan su leche para ayudar a criar a bebés prematuros" , 20 minutos
(4) "Wheat and Dairy", Diabetes and the Environment
(5) "Benefits of BreastMilk" , Ask Dr. Sears
(6) "Epidurals and breastfeeding", Australian Breastfeeding Association
(7) Volmanen P, Valanne J, Alahuhta S 2004, “Breast-feeding problems after epidural analgesia for labour: a retrospective cohort study of pain, obstetrical procedures and breast-feeding practices”. Int J Obstet Anesth 13(1): 25–9
(8) Garcia-Fortea P, Gonzalez-Mesa E, Blasco M, Cazorla O, Delgado M, Gonzalez-Valenzuela MJ 2013, “Oxytocin administered during labor and breastfeeding: A retrospective cohort study”. J Matern Fetal Neonatal Med
(9) "Epidurals and breastfeeding", La Leche League
(10) "FÓRMULAS LÁCTEAS INFANTILES PARA LA ALIMENTACIÓN DEL LACTANTE SANO DURANTE EL PRIMER AÑO DE VIDA."
(11) "Fórmulas adaptadas para lactantes y modificaciones actuales de éstas" 
(12) “El síndrome del intestino y la psicología GAPS”, Dr. Natascha Campbell-McBride.

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